Kansas City (AP) Madison Bumgarner salió del bullpen y
lanzó cinco innings de un relevo casi perfecto, Pablo Sandoval anotó un par de
carreras y los Gigantes de San Francisco doblegaron el miércoles 3-2 a los Reales de Kansas City
en un vibrante séptimo juego de la Serie Mundial.
Al ganar por octava vez consecutiva en un partido con la
soga en el cuello, San Francisco se proclamó campeón por tercera vez en cinco
temporadas.
En un duelo en el que ambos abridores no duraron nada en
el montículo, los mánagers Bruce Bochy y Ned Yost protagonizaron un mano a mano
con su bullpens.
Y Bochy tenía la mejor arma a su disposición, la del espigado
zurdo de 25 años que se anotó su tercera victoria de este Clásico de Otoño para
ser consagrado como el Jugador Más Valioso.
“No pensaba en innings ni en conteo de lanzamientos”
Madison Bumgarner estaba calentando esta semana en el
Estadio Kauffman, relajándose con sus compañeros de equipo de San Francisco
cerca del dugout, cuando Tim Hudson y Michael Morse se acercaron por detrás y
despeinaron el largo y desaliñado cabello del lanzador.
Bumgarner giró rápidamente y luchó en broma con sus
amigos.
Ellos fueron los púnicos que pudieron hacer contacto a
Bumgarner en esta Serie Mundial.
El zurdo de 25 años coronó una histórica actuación al ser
elegido el jugador más valioso de la Serie el miércoles por la noche, luego de
lanzar cinco entradas en blanco como relevista del séptimo partido y dominar a
los Reales de Kansas City con pizarra de 3-2.
“En este momento no me siento nada cansado. Acabamos de
ganar la Serie Mundial”, dijo Bumgarner. “Es difícil sentirse cansado en este
instante. Probablemente mañana lo estaré”.
Bumgarner ganó por tercera vez en la Serie Mundial para
convertirse en el primer pitcher en hacerlo desde que Randy Johnson lo logró en
2001.
Después de llevarse la victoria en el primer partido de la
serie ante los Reales con una labor impresionante en siete innings, Bumgarner
blanqueó al rival en el quinto encuentro.
Y cuando los Reales extendieron la Serie a un duelo
decisivo, no había duda de que el chico llamado MadBum sería enviado al
montículo una vez más.
¿Pero cinco innings? ¿Quién lo habría imaginado? “Innings,
no pensaba en innings ni en conteo de lanzamientos.
Sólo pensaba en sacar outs, y seguir sacando outs hasta
que ya no pudiera hacerlo y necesitáramos a alguien más”, dijo Bumgarner.
“Afortunadamente logramos sacar algunas entradas rápido y pude mantenerme en el
juego”.
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