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Radiografía de un Golpe de Estado: Antesala de una guerra anunciada.

viernes, 29 de agosto de 2014

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Por Stanislaw Peña (Primera Parte)
Juan Bosch, candidato presidencial del PRD, ganó las elecciones en diciembre de 1962, logrando 620.000 votos de un total de 1.055.00, es decir, el 58%.
El subsecretario de las Fuerzas Armadas, Marcos Rivera Cuesta, señaló que el Presidente cometió varios errores, entre los cuales mencionó, el no haber cambiado ningún jefe militar procedente del trujillismo.
La iglesia atacó fuertemente al nuevo gobierno: Láutico García y Marcial Silva tildaron de comunista a Juan Bosch. 
El Presidente Kennedy, al principio apoyaba a Bosch. 
El 12 de julio de 1963, el Presidente tuvo que hacer presencia en la base de San Isidro. Una representación militar le exigía que persiguiera a los comunistas. El primer mandatario le contesto que su gobierno era democrático y que no iba a perseguir a nadie.
Los militares tenían la concepción de que Juan Bosch era comunista.
Al gobierno se le acusó de no cumplir con sus promesas electorales, de usar las posiciones administrativas de manera partidista, de incompetencia, de nombrar personeros del trujillismo… 

En la mañana del 24-9-63, un amigo le advirtió al Presidente que había un plan para matarlo.
Poco antes de esa fecha, el secretario de las Fuerzas Armadas, Elby Viñas Román le sugirió al mandatario no dormir en su casa.
La noche del golpe, Bosch convocó a los mandos militares ordenándoles la destitución de Elías Wessin y Wessin. Atila Luna, jefe de la aviación, se negó a la petición, y por segunda vez, el Presidente renunciaba ante los militares. 
Juan Bosch intentó convocar al Congreso Nacional para presentar su renuncia formal, pero los jefes militares se antecedieron, derrocándolo. También trató por todos los medios de impedir una resistencia armada o popular por temor a que se desatara un baño de sangre.
Cuando los jefes militares, al mando de Viñas Román, trataron de disuadir al Presidente de que no renunciara, el mayor general Miguel Atila Luna, jefe de la Fuerza Aérea, fue más agresivo al enterarse de la iniciativa de Bosch: “¿Renunciar?, no, ¡Preso!”
El Presidente escribió un mensaje a la población (su sobrina Milagros Ortiz Bosch y la esposa del ministro de Finanzas, Jacobo Majluta, Ana Elisa Villanueva de Majluta, lograron sacar dicho mensaje del palacio y entregarlo a la prensa). 
Gustavo Guerrero, en su libro “El Golpe de Estado” asegura: “Bosch, que nunca había prestado demasiada atención a las denuncias o amenazas de golpe de Estado, se sintió alarmado al conocer que en horas de la mañana del martes 24 de septiembre, día de las Mercedes, había tenido una reunión de los jefes de Estado mayor de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas, y con el ministro y Jefe de los mandos militares general Víctor Elby Viñas Román. Dicha reunión habría tenido lugar en las oficinas de éste, en el lado Oeste del Palacio Nacional, en el extremo opuesto a la oficina del Presidente Bosch”.
“Después de varias reuniones, los militares decidieron derrocar a Bosch, y mantenerlo preso en su oficina, a la cual comenzaron a llegar, sin aparente inconveniente, la mayoría de sus ministros y colaboradores principales, quienes quedaron prisioneros en el Palacio Nacional”. Los jefes militares permitieron esa misma madrugada del 25 de septiembre, dice Miguel Guerrero en “El Golpe de Estado”, que dos ministros de Bosch, Antonio Guzmán Fernández, de Agricultura y Ramón Vila-Piola, de Industria y  Comercio, se retiraran a sus respectivas casas. A Silvestre Alba de Moya también le fue concedido un salvoconducto, pero éste lo rechazó volviendo al despacho del presidente donde estaban sus compañeros detenidos. 
  Militares firmantes del Acta del 25 de septiembre de 1963, mediante la cual se oficializó el Golpe de Estado: Antonio Imbert Barrera, Neit Rafael Nivar Seijas, Víctor Elby Viñas Román, Elías Wessin y Wessin, Atila Luna Pérez, Renato Hungría, Julio A. Rib Santamaría, Belisario Peguero Guerrero, Salvador Augusto Montás Guerrero, Félix Hermida hijo, Manuel M. García Urbáez, Renato Hungría Morel y Marcos Aníbal Rivera Cuesta.
En la misma madrugada del día 25, horas después del Golpe, comenzaron a llegar al Palacio los principales líderes de oposición. Viriato A. Fiallo, Juan Isidro Jiménez Grullón, Mario Read Vittini, Horacio Julio Ornes, entre otros, quienes luego respaldarían públicamente el Golpe y aceptarían la tareas de formar un gobierno civil colegiado.
De los políticos implicados en el Golpe, sólo el Dr. Juan Isidro Jiménez Grullón confesó su arrepentimiento.  (“Después del palo dao…”). 
Juan José Ayuso, expresó en 1992: “El balance fue extraordinariamente negativo para los políticos y empresarios que por ambiciones personales o resentimientos, o por desmedido afán de lucro, se lanzaron a la aventura golpista del 1963. Llevaron  a ella a los militares y convencieron previamente a la misión militar de Estados Unidos del “peligro” que representaba el gobierno del profesor Bosch y del PRD”.

Juan Bosch fue deportado del país con destino a Puerto Rico, donde fue recibido con grandes honores por el gobernador a la sazón, Luís Muñoz Marín.

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