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Un viaje extraordinario: Mujica en clase turista a Venezuela

domingo, 20 de enero de 2013

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com


 Ya es famosa la humildad del presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, que prefirió la comodidad de su modesta chacra a los lujos del palacio presidencial, veranea en Carmelo y disfruta de los placeres de una pequeña parrilla.
Otro ejemplo de esta austeridad lo dio la periodista venezolana Marta de la Vega, cuando se encontró con que el señor canoso, vestido “con guayabera de lino color amarillo crema” que estaba sentado adelante suyo en la primera fila de la clase turista del vuelo Lima-Caracasde la compañía Taca no era otro que el mismísimo Mujica.

En una crónica titulada “Mi viaje con Mujica” publicada en la revista Tal Cual, la periodista confirmó lo que había anticipado el canciller interino Roberto Conde a radio Uruguay: “en uno de los tramos aéreos Mujica no irá en primera clase“.
Como el vecino país no posee un avión presidencial, el presidente suele trasladarse en vuelos comerciales. Y así  fue que para asisitir a un acto en apoyo al gobierno de Chávez en Caracas, Mujica despegó el miércoles 9 de enero desde el Aeropuerto de Carrasco en un vuelo con escala en Lima.
 “En el vuelo de TACA del 9 de enero de 2013, tramo de Lima a Caracas, tuve la sorpresa de toparme con el Presidente de Uruguay, sentado en la primera fila de clase económica, asiento 7F, al buscar mi puesto, detrás suyo”, escribió la periodista.
Sin embargo, el vuelo no fue del todo placentero para Mujica, ya que tras saludarlo, De la Vega le recriminó que estuviera yendo a Venezuela “para avalar un acto irregular, ilegal e inconstitucional”.
El mandatario no perdió su amabilidad y le contestó: “Señora, yo entiendo lo que siente. Voy a un acto diplomático. Pero es un asunto que tienen que resolver los venezolanos”.
De acuerdo al portal TN de Argentina, cuando la periodista le insistió en que “los gobiernos demócratas no pueden respaldar esta flagrante ruptura del hilo constitucional con toma de posesión virtual”,  le extendió la mano y le dijo “que no se preocupara”, que “todo se va a arreglar”.
“Sonrió y sus ojos se achicaron, achinados y brillantes, podría decir que con mirada bondadosa pero ahora más bien la pienso de viejo zorro de la política, conocedor de los intereses uruguayos, su pelo muy canoso despeinado, sus bigotes oscuros y sus cejas pobladas, dándome una palmada en mi mejilla derecha, despidiéndose con gesto de deferencia, mientras me decía: ‘Mucho gusto, señora, de haberla conocido’”, continuó De la Vega.
Durante el vuelo, Mujica se comportó como un pasajero cualquiera: leyó algo, se levantó cada tanto para “estirar piernas y mover brazos en el sitio”.
Según cuenta la periodista venezolana, ni el personal de Taca había reconocido a Mujica. Al momento de desembarcar en Caracas, uno de los tripulantes se confundió y le preguntó a uno de los guardaespaldas de Mujica “alto, rubio y de ojos azules” si era el presidente.
“No, es el señor mayor que tiene frente a usted”, le indicó la periodista, antes de que Mujica se identificara con un sencillo ”Soy yo el presidente” y  tuviera su primer trato preferencial al bajarse primero del avión.

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