Por Miguel Alonso
La cosa estuvo color de hormiga para el síndico Alberto Alonzo en la sesión del jueves de la Sala Capitular del Ayuntamiento de Río San Juan. Hasta allí llegaron decenas de residentes de los diferentes barrios y le entraron a dos manos al Alcalde con tantas quejas que prácticamente lo arrinconaron. Y aunque trató de defenderse como gato bocaarriba, no le quedó más remedio que llamar a la calma.